La segunda parte de esta secuela, Azul Estocolmo, no solo narra la continuación de una trama romántica sino que a su vez, propone una exposición peculiar sobre diversos problemas de índole social.
Durante toda la extensión de esta novela, se mantiene intacta la esencia y el espíritu de la primera parte de la historia. Sin embargo, se percibe mayor intensidad en los sentimientos, tanto positivos como negativos, pero que terminan siendo más débiles que el amor.
La fuerza de los personajes sigue siendo unos de los puntos fuertes de esta bilogía y cabe la mención del viaje que se puede emprender mediante la lectura, a las localidades en las que se desarrolla la historia porque sin duda alguna, se transporta y disfruta sin duda alguna.
Luego de un mes sin verse, Luna y Eric se vuelven a encontrar, cuando él le realiza una inesperada propuesta que quizás oculte las intenciones reales. Eric busca aclarar todo lo ocurrido un mes atrás, pero Luna se ha propuesto algo y es que desea estructurar una nueva vida, en la que él no esté en sus pensamientos de forma constante. No será fácil. Intentará convertirse en una nueva mujer, aunque sacarse un amor de los pensamientos es en ocasiones algo imposible.
Eric se ve en un momento dentro de una difícil situación entre los ámbitos familiares y laborales. Él se ha planteado una meta clara y hará todo lo que esté en sus manos para poder recuperar a Luna.
Una novela que cierra la bilogía de Carmen Sereno y que está dirigida para todas las personas amantes de las historias románticas cargadas de distintas sub tramas que nos enfrenta a realidades de nuestra sociedad actual. La lectura es mucho más ágil y entretenida que el primer libro. Los diálogos toman mayor fuerza y son capaces de transmitir verdad, realidad y todos los sentimientos que se van generando dentro de Ana Luna.
«Él y yo volveríamos a encontrarnos en cualquier otra vida.»
Ana Luna ya no trabaja en Laboratorios Grau.
Es hora de buscar un nuevo empleo y sacarse a Eric de la cabeza. Y del corazón.
Pero ¿cómo se puede olvidar a alguien que se ha metido en lo más profundo de tu ser?
Cuando por fin empieza a ver la luz al final del túnel y a recuperar el control de su vida, la repentina aparición de Eric y su inesperada propuesta pondrán a prueba su voluntad.
¿Aceptará Ana que su síndrome de Estocolmo nunca se irá?