Si estás leyendo esto, es probable que te suene el género New Adult, si por el contrario, no tienes claro qué es dicho género, te comentamos que se trata de novelas protagonizadas por personajes que abandonas la adolescencia para iniciar la adultez, caracterizadas por contener una carga importante de drama y sensualidad. Again – Empezar es el primer volumen de la serie Again y no para de sumar lectores.

No te hablaremos de los ejemplares vendidos que llevas hasta el momento, pero si queremos mencionarte que Empezar narra la historia de dos jóvenes desconocidos que por circunstancias, empezarán a convivir estableciendo unos límites que garanticen la salud de dicha convivencia.

Contiene muchos diálogos que consiguen ser entretenidos y aunque no lo tengamos tan claro, terminan por engancharte a la lectura, la cual es ágil, fresca y con ritmo. Ya verás que si decides darle una oportunidad a esta novela, en pocas horas la habrás terminado.

La autora utiliza un lenguaje cercano, por lo cual, es tarea fácil lograr que el público joven se sienta identificado con el libros. Además, utilizar de forma llamativa el uso de la descripción, lo que le otorga fuerza a la historia.

Tres reglas claras y simples marcan el inicio de la convivencia, pero ya sabemos que al ser humano, en ocasiones, le cuesta mucho cumplir las reglas.

Amar es volver a empezar. Nuevo nombre, nuevo peinado, nueva ciudad. Allie Harper, de diecinueve años, es nueva en Woodshill. Tras poner muchos kilómetros de distancia con su hogar en Denver, acaba de empezar las clases en la universidad y necesita encontrar piso desesperadamente. Cuando llama a la puerta de su última oportunidad, ahí está Kaden White, con su mirada sexy y sus tatuajes, el chico de cursos superiores por quien suspira media universidad. Kaden no quiere  compartir piso con una chica, ya tuvo problemas en el pasado por ello, y Allie no tiene ningún interés en compartir techo con alguien como él, pero la casa es perfecta y no les queda opción. Así, Allie y Kaden se convierten, a pesar de todo, en compañeros de piso. Sólo deberán cumplir tres sencillas reglas: nada de sentimentalismos, nada de meterse en las cosas del otro y, la más importante, nada de acostarse juntos. Pero las reglas están hechas para que las rompamos.