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El librero ¿sólo vende libros?


En varias ocasiones os hemos hablado de la profesión de librero, hemos hablado de la vocación de aquellos que se lanzan al mundo de las estanterías con una sonrisa, nos hemos preguntado si el librero nace o se hace para aquellos que emprenden un negocio librero o si solo es cuestión de ser un buen profesional.

Antes de preguntamos si un librero solo vende libros o su profesión va un poco más allá, hemos de cuestionarnos las razones por las que una persona hace que los libros sean su día a día, hasta el punto de que sean la razón de su negocio. A fin de cuentas el librero, como hemos dicho en otras ocasiones, suele ser un amante de la lectura, un amante empedernido de la literatura en todas sus formas.

Todos estaremos de acuerdo en que los libreros trabajan para vender libros y en esta misma tarea, asesora a quienes se acercan hasta su tienda con recomendaciones literarias, ordena y organiza la gran masa de libros por criterios para dotar a la librería de un cierto orden o se preocupa por conocer autores y títulos de sus obras para de vez en cuando hacer de adivino y ayudar a los clientes. Es por esto por lo que podemos decir que el éxito de una librería se basa en el conocimiento del librero y en el trato que este dé a sus clientes.

Ahora bien, las librerías son espacios de cultura y por tanto los libreros transmisores de esa cultura. Son ellos que dan sentido al espacio librero. En épocas antiguas se denominaba libreros a aquellos que además de vender libros, se dedicaban a la artesanía encuadernando libros y poniéndolos a disposición del resto de gente. Cuando tenemos un libro entre manos, hemos de reconocer obviamente el trabajo del autor de ese libro, pero además, el trabajo del librero, puesto que son ellos el vínculo o el canal que han hecho que ese libro pueda llegar hasta nuestras manos.