Tag Archives: reglas de oro de la lectura

4 reglas de oro para los amantes de la lectura


En los círculos literarios se mueven las opiniones de aquellos que consideran que ciertas “conductas” llevadas a cabo por aquellos que se consideran amantes de la lectura han de ser señaladas como “sacrilegios”.  Sí, parece que estamos exagerando, pero nos gustaría conocer vuestra opinión sobre qué consideráis como una regla imprescindible a la hora de abordar la lectura de un libro.

#1: No se podrá preferir el libro a la película. Hace unas semanas os hacíamos esa pregunta de ¿Eres de libro o de película? Pues bien hay ciertos lectores que consideran que nunca, bajo ningún concepto se podrá considerar mejor la película al libro. Nosotros somos más tolerantes, pero si es cierto que como amantes acérrimos de la lectura, no podemos negar que esta nos cautiva más que una película basada en un libro, aunque siempre es interesante si nuestra visión de la historia ha coincidido con la del director.

#2: La inversión de tu dinero en libros siempre está justificada. Algunos dicen que comprar libros es un despilfarro sin sentido, esas personas se auto delatan como no amantes de la lectura, porque todos aquellos que apreciamos tener un libro entre las manos, sabemos que no hay mayor placer que saber que ese libro que tanto nos gustó está en nuestra estantería y siempre podremos acudir a él.

#3: Si conoces que un libro pertenece a una saga, evitarás siempre no empezar por el primero. Parece una idea ilógica, porque hay libros que aún estando conectados con su saga, son libros independientes. Ahora bien, muchos hablan de que no empezar una saga por el principio es como empezar la casa por el tejado, nunca captarás la idea del autor de la misma manera en la que él la quiso expresar.

#4: Al prestar un libro, has de hacerlo a través de la confianza. ¿A qué nos referimos con esto? A todos nos ha dolido en el alma haber dejado un libro con la esperanza de compartir esa historia que nos emocionó, para luego descubrir que nuestro libro nunca nos lo devolvieron. Por eso, un amante de los libros, no dejará un libro por quedar bien, sino porque confía en las manos en las que deposita su tesoro, su libro.