978849097518

Elogio del liberalismo


El autor de este panfleto (como él lo califica) Elogio del Liberalismo, es licenciado en Ciencias Políticas, Doctor en Derecho y abogado especialista en Derecho Marítimo y entiende el liberalismo como una doctrina humilde, cimentada en la convicción sobre que todo poder genera miedo y sufrimiento a los individuos.

Sin embargo, considera que la supresión total del liberalismo es un hecho inviable y solo se puede someter con a una bestia mediantes normas impersonales y abstractas; una verdad que ha hecho posible que la humanidad progrese.

Ruiz Soroa afirma que las relaciones de poder verticales nunca van a desaparecer, a su vez que califica de peligroso el hecho de pensar que exista un camino que nos conduzca a un mundo sin denominación. El liberalismo contempla y aboga por la limitación con un instrumento básico de la convivencia, con énfasis en la limitación de la voluntad política.

La persona liberal es individualista, tenaz y no se puede reducir. El liberal es una persona individual y único agente determinante al momento de edificar el campo de las reglas y normas sociales. Un liberal tiene la convicción absoluta sobre que la sociedad debe estar organizada de tal modo, que cada individuo tenga la capacidad de perseguir su felicidad de forma autónoma.

Este libro de corta extensión es sin duda alguna, una excelente herramienta para toda aquella persona que desee tener o reforzar, una opinión real y ajustada sobre qué es el liberalismo.

Encontrará entre sus 128 páginas sobre qué está hecho el campo político actual en España y el continente europeo en los últimos tiempos. Una llamativa confrontación del liberalismo contra el nacionalismo, la cual otorgará una dirección en corriente de opinión, a los lectores más jóvenes que se propongan recorrer sus páginas.

Este es un libro que se autocalifica como un panfleto, un género en nuestros días denostado por su tono agresivo y su carácter sectario, pero que su autor reivindica aquí como el medio de expresión privilegiado para hacer valer las razones del liberalismo. Mientras su comprensión permanece agazapada bajo lo que suele entenderse como democracia, sucede que, a menudo, solo se vuelve reconocible cuando se invoca a uno de sus “hijos bastardos”, el liberalismo económico y su defensa del libre mercado, la competencia y el darwinismo social. Alejado de las grandes utopías y proclamas revolucionarias, el discurso liberal parte de ideas comunes: la defensa del individuo, la libertad e igual dignidad de los seres humanos y la evitación de los sufrimientos que puede provocar un poder arbitrario.

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