“El tatuador de Auschwitz” es una novela dura, como suele pasar con todos los libros que se basan en una época y un lugar que, en la mayoría de las veces, gustaría dejar enterrado en la memoria para siempre. Heather Morris toca un tema sensible pero que es toda una oda a la supervivencia.

La historia se centra en Lale y Gita Sokolov, dos judíos que de forma inesperada consiguen escapar de la muerte y sobreviven al Holocausto. “El tatuador de Auschwitz” le debe su título a la profesión de Lale, que trabaja como tatuador en el campo de prisioneros y que se dedica a señalar de por vida a sus compañeros con un dibujo que representa uno de los peores horrores de la historia de la humanidad.

La historia es traicionera y los seres humanos somos olvidadizos por naturaleza, así que este tipo de novelas son muy necesarias para volver a refrescar la barbarie del pasado y, de este modo, evitar cometer los mismos errores otra vez. Y, es que, las personas que han tenido la desgracia de vivir en un campo de prisioneros y han experimentado día tras día el terror de no saber si ese día sería el último, mientras ven como sus seres queridos van desapareciendo, no tiene comparación.

“El tatuador de Auschwitz” sobrecoge con una crudeza sin igual y pone los pelos de punta mientras el lector se abraza a la idea de que ese tipo de terror no vuelva a suceder. A fin de cuentas, la historia de Lale y Gita es una excepción y, dentro de lo malo, han sido muy afortunados, ya que millones de personas en su misma situación no pudieron sobrevivir a esos años de matanzas.

Si te gustan las novelas históricas, no puedes dejar escapar la ocasión de leer “El tatuador de Auschwitz”.