Hoy vamos a mencionar un libro de Santiago Lorenzo, “Los asquerosos”, el cual sigue acumulando adeptos y detractores. Entre ambos grupos, hay una coincidencia y es que la historia todas las personas, la encuentran original, entretenida y sencilla, pero entre ambos también existen un tema en el que no hay acuerdo: el lenguaje utilizado.
No es un secreto que el autor, conocido ya dentro del mundo literario, posee un léxico rico que demuestras en cada una de sus obras. Sin embargo, esto parece no agradar a la mayoría de los lectores. Por nuestra parte, te advertimos que puede presentarse la situación mientras lees la novela, que tengas que recurrir al diccionario, pero eso no tiene por qué ser algo negativo, al fin y al cabo, nunca dejamos de aprender.
La lectura no es rápida, por el contrario, se debe hacer pausada para no dejar escapar cada una de las descripciones que nos encontramos, mientras que nos introducimos en las reflexiones que la obra nos propone. Aunque muchas personas lo critiquen, dentro de sus páginas encontrarás una riqueza en los términos utilizados. Además, está compuesto por analogía, metáforas y analogías realizadas por el autor que resultan más que interesantes.
Si estás buscando una novela con lenguaje sencillo, en el que se te presenten descripciones fáciles de captar sobre cosas complejas, esta no es la mejor novela para ti, pero si eres una persona aficionada por la riqueza del vocabulario y te gusta disfrutar de recursos como el sarcasmo, el ingenio y el humor, sin duda alguna, no te arrepentirá de leer “Los asquerosos”.
Por último, te mencionamos que la trama de la novela es simple, pero Santiago Lorenzo es capaz de tocar aspectos cotidianos de nosotros que no nos dejan indiferentes. Una crítica a la sociedad actual en la que vivimos y algunos de sus absurdos.
Manuel acuchilla a un policía antidisturbios que quería pegarle. Huye. Se esconde en una aldea abandonada. Sobrevive de libros Austral, vegetales de los alrededores, una pequeña compra en el Lidl que le envía su tío. Y se da cuenta de que cuanto menos tiene, menos necesita.
Un thriller estático, una versión de Robinson Crusoe ambientada en la España vacía, una redefinición del concepto «austeridad». Una historia que nos hace plantearnos si los únicos sanos son los que saben que esta sociedad está enferma.
Santiago Lorenzo ha escrito su novela más rabiosamente política, lírica y hermosa.