Hoy te hablaremos de la novela romántica “Piso para dos”, en la que encontrarás un sentido del humor peculiar, característico de autores ingleses, en la que se expone una relación de amor completamente atemporal.

Resulta una lectura amena y simpática, pero no faltan los serios problemas cotidianos del ser humano que la autora nos ofrece de una forma ligera, sin tanto drama. Desde el comienzo la situación es un tanto llamativa, es cierto que los protagonistas enganchan un poco por su buena definición, pero también cierto es que el conjunto de personajes secundarios de este libro, le proporcionan un valor añadido y diferencial a la historia.

Un mundo desastroso por una parte, por otra un mundo solitario y algo complicado, se unen para compartir cama y una vez hecho, lo llamativo es que no se conocen. Una manera distinta de comunicarse entre los dos, pero no te contaremos los detalles porque lo suyo es que lo descubras con la lectura, que te adelantamos la disfrutarás y verás cómo terminas el libro en menor tiempo del que esperas.

Esta historia, te hará recordar que muchas veces los seres humanos debemos transcurrir nuestra historia obligados por las circunstancias, y que en ocasiones las mismas no están en nuestras manos. También nos invita a reflexionar sobre cómo podemos encontrar a nuestra alma gemela de la forma menos pensada y que pase lo que pase, nuestras historias deben estar siempre enfocadas a la superación.

Tiffy y Leon no se conocen. Tiffy Moore necesita un piso barato, y con  urgencia. Leon Twomey trabaja de noche y anda escaso de dinero. Sus amigos piensan que están locos pero es la solución ideal: Leon usa la cama mientras Tiffy está en la oficina durante el día y ella dispone del apartamento el resto del tiempo. Y su modo de comunicarse mediante  notas es divertido y parece funcionar de maravilla para resolver las vitales cuestiones de quién se ha acabado la mantequilla y si la tapa del váter debería estar subida o bajada. Claro que si a eso se añaden exnovios obsesivos, clientes exigentes, hermanos encarcelados por error y, lo más importante, el hecho de que aún no se conocen, Tiffy y  Leon están a punto de descubrir que lograr la convivencia perfecta no  es fácil. Y que convertirse en amigos puede ser solo el principio.