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¿Un buen plan para una noche de verano? Cuentacuentos al aire libre


La entrada del verano la celebrábamos en el día de ayer, pero qué mejor manera de seguir disfrutando de este ambiente veraniego con planes al aire libre. Una de nuestras sugerencias del día de hoy son los cuentacuentos en las noches de verano ¿sabes en qué consisten?

Algunos de vosotros podéis estar pensando que un cuentacuentos está solo configurado para los más pequeños de la casa, es decir, son planes especialmente pensados para niños, pero en realidad andamos algo equivocados al asociar cuentos a niños. Los cuentos en muchas ocasiones son para adultos y es la manera en la que se denominan a los relatos cortos. De ahí que existan también cuentacuentos para adultos.

Imaginaros un espacio concreto, ya sea un bar, un parque o una plaza, donde se reúnan amigos y familiares para escuchar una historia escenificada por artistas de ese ámbito. La manera en la que se cuentan esos cuentos hacen que casi se puedan sentir, casi se puedan compartir las emociones que los protagonistas de estos siente. Un plan perfecto para una noche de verano es sin duda un cuentacuentos al aire libro.

Por lo que como amantes de la lectura y de todo aquello que tiene que ver con la literatura, os animamos a que os informéis de cuáles son las opciones que podéis disfrutar en vuestra ciudad sobre cuentacuentos o eventos similares, porque en cualquier rincón de la península os podréis encontrar con espacios que ofrecen esta maravillosa actividad cultural para el verano. En muchas ocasiones estas actividades están organizadas por los propios ayuntamientos pero en tantas otras se organizan por asociaciones culturales o incluso simplemente librerías que se quieren convertir en espacio de cultura.

Descubrir nuevas maneras de disfrutar de la lectura contada por otros está al alcance de la mano de cualquiera, solo os tenéis que disponer a conocer la oferta cultural de vuestra ciudad o barrio para disfrutar de un magnífico plan de verano a través de un cuentacuentos para adultos.

Máquinas expendedoras de cuentos promueven la lectura impresa en Grenoble


¿Quieres estar entretenido durante unos minutos mientras esperas el tren o el autobús? En lugar de estar mirando la pantalla de tu smartphone sin prestarle demasiada atención, ¿por que no imprimir un pequeño relato y leerlo? Eso es lo que pensó Short Édition, una pequeña start-up de Grenoble (Francia) que ha creado unas máquinas expendedoras de relatos cortos para amenizar las esperas de los pasajeros.

La original idea surgió hace un par de años, cuando el equipo de Short Édition estaba haciendo un descanso: querían tomarse un momento para no pensar en el trabajo y fueron a la máquina expendedora de snacks. Pensaron que estaría bien que en lugar de los típicos aperitivos y refrescos la máquina proporcionase historias para amenizar estos momentos improductivos, y un par de días más tarde nació el dispensador de cuentos.

Cada máquina, de diseño moderno y minimalista, tiene tres botones que sirven para indicar el tiempo que vas a dedicar a leer el relato: puedes elegir entre 1, 3 o 5 minutos. Las historias se imprimen al momento en un rollo de papel como si se tratase de un ticket de caja, un formato que resulta de fácil lectura y que podemos plegar y guardar fácilmente en la cartera o bolsillo. Las historias que se imprimen están escritas por la comunidad Short Edition, y también incluyen poemas y otras formas experimentales de ficción corta.

De momento, ocho de estas máquinas expendedoras han sido instaladas por toda la ciudad de Grenoble incluyendo el ayuntamiento, la oficina de turismo y la biblioteca y funcionan de forma gratuita. La respuesta de los ciudadanos está siendo muy positiva y la empresa afirma estar recibiendo solicitudes de todo el mundo: Australia, EE.UU., Canadá, Rusia, Grecias, Italia, España, Chile y Taiwán.

En una sociedad donde la vida cotidiana se mueve cada vez más rápido y el tiempo se ha convertido en algo precioso, esta iniciativa pretende que los ciudadanos disfruten de sus tiempos muertos en el autobús, el tranvía o el metro leyendo pequeñas historias escritas en papel.