Aunque pensemos lo contrario, son muchas las personas que disfrutamos con la lectura, mucho más de lo que imaginamos, pero lo cierto es que no todos terminamos disfrutando distintos tipos de libros. Esto nos lleva a buscar lecturas similares y quizás, nos estamos perdiendo de excelentes opciones en otros estilos que no terminamos por explorar.
En ocasiones, nos sucede que cogemos un libro en nuestras manos y al iniciar la lectura, parece que estuviese escrito en otro idioma. La lectura se vuelve densa, no terminamos de comprender al cien por cien lo que estamos leyendo o en caso contrario, somos capaces de entender la historia que se nos presente, pero no somos conscientes de la intención del autor, el valor real de la obra o el significado total del escrito.
Por todo esto, hoy te ofrecemos algunos tips que te ayudarán a disfrutar la lectura y entender cualquier tipo de libro que te propongas terminar.
Comodidad antes que nada
No es nada nuevo lo que te decimos con esto, pero a veces no lo hacemos. Procura determinar el mejor lugar para leer. Existen libros que se pueden leer mientras viajamos en transporte público, en una sala de espera y hasta de pie, pero hay libros que requieren de toda nuestra atención para leerlos.
Adopta una buena postura que no te invite al sueño y estés cómodo. Asegúrate de contar con la iluminación ideal para la lectura, ya que esto evitará que te sientas con cansancio. Aléjate de las distracciones: el silencio es muy importante para que tu concentración esté dirigida en su totalidad a la lectura.
Contextualización
Uno de los principales beneficiosos que nos aporta la lectura es el conocimiento. Sin embargo, en ocasiones intentamos disfrutar de un buen libro, solo con el contenido que nos ofrecen dentro de sus páginas.
Una manera de entender distintos tipos de libros es conseguir contextualizar el texto. No es necesario que dediques mucho tiempo, ni realices una investigación exhaustiva, pero con conocer cierta información sobre el autor, la localidad en la que se desarrolla el texto que leerás o consigas información sobre la época en la que se desarrollan los hechos, te aportarán información valiosa que no solo te ayudará de forma considerable a la compresión total del texto, sino que además incrementa tu conocimiento.
Lectura activa
Cuando tengas entre manos un libro que consideres difícil de leer (se puede aplicar a cualquier lectura), no hagas una lectura pasiva. La lectura activa es cuando llevas acciones durante la misma. Resumir, anotar, señalar. Hay distintas opciones para hacerlo, tú decides cuál es la mejor para ti.
Lo importante es que lo hagas, ya que esto te permitirá obtener las ideas principales y secundarias del texto que lees, amplia la visión del libro y la esclarece de forma determinante.
Basta con hacer apuntes de frases o párrafos que te hayan llamado la atención, busca el significado de los términos que no entiendas o dudes, señala las partes que consideres importantes del libro y que probablemente necesites releer más adelante.
Todo esto te ayudará en la lectura y no dudes si lo hará bien o no, ya que no existe un modo correcto de hacerlo, lo importante es hacerlo y quizás te sorprendas con el resultado.