A día de hoy resulta impactante que una época tan importante como el reinado de los Reyes Católicos no se ha explotado de forma similar a otros momentos históricos de mucha menor relevancia. “El crucigrama de Jacob” es una de esas rara avis que nos sorprende con una historia de aventuras y misterio mientras narra las peripecias de una comunidad castigada por el tiempo. 

Ambientada en 1491, en “El crucigrama de Jacob” A. L. Martin nos cuenta la situación de los judíos cuando se firma el edicto para expulsarlos de España. Gracias a un mensaje secreto consiguen enterarse antes de que este edicto se haga público y esto les permite reaccionar para intentar salvar lo poco que puedan de sus vidas. 

Benavides y Abravanel diseñan un plan de huída para sus familias y para toda la comunidad judía que le rodea. Un plan en el que sus hijos Aviraz e Isaac jugarán un papel importantísimo, ya que cada uno de ellos recibe una serie de fragmentos codificados en la lectura en los libros sagrados. Mensajes en los que se detalla el plan que deben seguir para que todo el mundo pueda salvarse sin que nadie quede atrás. 

Pero no todo es tan sencillo ya que Aviraz tiene otros planes. No solo comparte parte de esta información secreta con Telat, la hermana pequeña de Isaac, para que pueda encontrarlo después de la huída de toda la comunidad judía, sino que emprende una ambiciosa búsqueda para recorrer el camino primitivo del Santo y encontrar así la piedra de Jacob. 

Como era de esperar nada es tan sencillo ni sucede de forma fácil. Las complicaciones están a la orden del día y el lector será testigo de una novela histórica que esconde un juego de aventuras en el que miles de personas se juegan la vida y donde hay mucho más en juego que la supremacía de la religión católica.