Un equipo de investigadores en los Estados Unidos de América, realizaron un estudio en el cual, se llevaron a cabo distintas pruebas para poder comprobar la efectividad de los diversos métodos de lectura rápida. Los resultados conllevaron a solicitar cautela.

Psychological Science in the Public Interest publicó en el 2017 este estudio, en el que se afirma que no existen fórmulas mágicas que consigan aumentar la velocidad de la lectura. El aumentar la velocidad al leer conlleva a unas consecuencias en cuanto a la información que se retiene y a la comprensión de lo que se lee.

“Es improbable que las personas sean capaces de duplicar o triplicar su velocidad de lectura, es decir, llevarla de 250 a 500 o 700 palabras por minutos y que al mismo tiempo, sigan siendo capaces de entender el texto tal como lo hacen al leer a velocidad normal”.

Los autores que desarrollaron el estudio aseguran que en escenarios determinados, es aconsejable y mejor una pérdida en la comprensión a cambio de conseguir mayor velocidad. Estos casos pudiesen ser cuando el contenido general del texto se conoce o cuando el objetivo es encontrar algún dato específico.

Lo normal es realizar la lectura a la velocidad normal que se tenga para asegurar el entendimiento del texto y adquirir la información. En ocasiones es necesario leer más de una vez fragmentos específicos para obtener la comprensión adecuada.

Según los expertos, la mejor manera de mejorar es la práctica de la lectura y fijarse como objetivo la adquisición de nuevo vocabulario, así se asegura el incremento de la velocidad sin la pérdida de comprensión.

No hay que olvidar que el principal objetivo de la lectura es la obtención de placer. Se debe disfrutar el proceso de leer y habría que preguntarse, si leer una novela de 400 páginas se disfruta del mismo modo, si se lee a velocidad normal o en 30 minutos.

En la actualidad son cada vez más, los cursos online y las apps que ofertan métodos y técnicas que aseguran ayudan a conseguir una lectura rápida. El promedio son 250 palabras por minuto, los métodos mencionados anteriormente prometen cifras hasta las 1.000 palabras y más.

La mayoría de técnicas que se encuentran, se centran en eliminar errores en los lectores, los cuales con culpables de invertir más tiempo al frente de las páginas. Entre ellos destacan: el fragmentar las palabras, saltarse renglones, el movimiento de cabeza acompañando la lectura y la vocalización de sonidos en voz alta o mentalmente.

Las técnicas de lectura rápida se venden como un medio que ayuda a ser más eficiente, al mejorar el rendimiento y conseguir mayor concentración. Fomentan el conocer significados de palabras para acceder rápidamente al sentido, ya que las desconocidas ralentizan la lectura. Son técnicas diseñadas para todo público. La práctica es la encargada de conllevar a resultados positivos, ya que sin práctica se pierde la eficacia.