Tag Archives: amantes de la lectura

Leer en el transporte público, no siempre es un placer


Muchos de nosotros aprovechamos cualquier ocasión para poder leer, uno de nuestros momentos vacíos en los que más a menudo podemos leer es cuando vamos montados en el transporte público, ya sea el autobús, el metro o el tren. Lo cierto es que se trata de un momento que muchos de nosotros buscamos para poder retomar esa novela que tenemos a medias, pero en ocasiones no siempre es un placer el poder hacerlo, puesto que aquellos que somos lectores empedernidos en más de una ocasión hemos sufrido algún problema. Hoy vamos a compartir con vosotros algunos de los más típicos y esperamos nos contéis los vuestros.

Un problema típico es no encontrar un sitio. Hay gente que nos asombra y pueden incluso leer andando, pero muchos de nosotros hasta que no tenemos donde sentarnos no podemos empezar a leer. Además con los vaivenes en ocasiones perdemos el hilo y no hay nada peor que releer porque se te ha perdido la vista. En otras ocasiones, y relacionado con la comodidad a la hora de leer, la luminosidad del vagón donde viajamos o en el autobús no es la más adecuada, por lo que acabamos forzando la vista y hacemos que realmente no sea cómodo el momento de la lectura.

Si eres aficionado a leer en el transporte público seguro que coincides con nosotros que en muchas ocasiones estamos tan concentrados en la historia que acabamos pasándonos de parada. Con lo cual, o bien tenemos que volver andando sobre el camino ya hecho, o coger otro transporte que nos devuelva a nuestra parada, pudiendo aprovechar para seguir leyendo.

Por último, queremos hablaros de esa situación típica en la que nuestra lectura no es un placer por la persona que llevamos al lado, porque esa persona es el típico “cotilla” y comienza a ojear lo que lees. Porque está bien que una persona se interese por el título de tu libre, pero otra distinta es que directamente decida leer a la par que tu.

Amantes de los gatos y de la lectura


Quizás estar tan cercanos a Halloween nos ha despertado nuestro lado más gatuno, las calabazas y los gatos tienen protagonismo estos días y a nosotros nos ha dado por pensar en los gatos, en cuánto nos gusta su compañía y su saber hacer. Hoy, os queremos hablar de gatos y de literatura, de la compañía gatuna mezclada con la lectura. En otras ocasiones hemos tratado el tema de los gatos comparándolos con los perros. Hoy en realidad vamos directamente a centrarnos en estos maravillosos animales que son los gatos.

Muchos de vosotros, sois apasionados de los gatos y de la lectura prácticamente a partes iguales. ¿Os imagináis vuestra cafetería favorita donde simplemente os dejáis llevar por la literatura pero esta vez siendo posible el acceso de los gatos? Sería fantástico poder mezclar el olor a café con un buen libro, y con un gato sentado en nuestro regazo o simplemente ronroneando por tenerlo a nuestro lado.

Muchos de nosotros llevamos nuestra pasión por los gatos a extremos insospechados y buscamos además de buenos libros, novelas donde los gatos sean los protagonistas, como Gato encerrado, Soy un Gato, u Opiniones del Gato Murr. Nos gusta el saber hacer de los gatos, por lo que imaginárnoslos además saliendo de entre las páginas de un libro puede realmente hacernos disfrutar.

A quienes nos encantan los gatos, en cierto modo nos solemos ver reflejados en ellos, porque son curiosos e inteligentes, con su andar grácil pero además muy avispados y despiertos aunque parezcan despistados. Los gatos no solo nos hacen compañía, sino que nos enseñan día a tras día. De ahí que querer incluir a los gatos en la literatura es una de las ideas más divertidas y sugerentes que nos podamos plantear.

¿Y tú? ¿Te imaginas un local solo dedicado a los gatos y a la lectura? ¿Quizás lo podríamos llamar “gatobrería”, “gatoteca” o “el rincón de la gatotura”?

Leer en otoño


Otoño es una estación para encontrarnos con nosotros mismos, para poder parar y dejar que el tránsito del calor al frío sea una realidad, de ahí que para muchos de nosotros leer en otoño sea todo un placer. Las razones son muchas, desde nuestro propio gusto por encontrar esos ratitos para dedicarnos a nosotros mismos, como por la luz y el ritmo que va tomando el día al cambiar de estación.

Leer en otoño es un placer para aquellos que somos unos románticos y amantes de la lectura, nos encanta poder salir al parque, con nuestro libro y plantarnos al sol sin miedo de morir achicharrados pero disfrutando de esa luz tan característica del otoño. O simplemente nos gusta poder quedarnos en casa y dedicarnos a leer con una manta sobre las piernas viendo como fuera de casa ha comenzado a refrescar y el tiempo va cambiando hacia el frío.

Nos gusta que haga tiempo para tomarse un té o un chocolate calentito y poder compartir ese momento con un libro entre las manos, mientras disfrutamos de una buena historia que nos hace viajar a cualquier otro lugar. Nos gusta leer en otoño, tener tiempo sin planes al aire libre para poder simplemente dedicarnos a leer.

Habrá quienes que con el otoño se entristezcan, pero todo es cuestión de sacarle su parte buena y sin duda el otoño es buena época para poder disfrutar de la lectura, grandes títulos nos acompañan desde las librerías y nosotros solo nos tenemos que dejar llevar por quienes más saben de las novedades literarias los libreros. Otoño es esa época para poder pasar las hojas de nuestro libro casi con tanta rapidez como caen las hojas de los árboles al suelo.

Leer en otoño desde siempre ha sido uno de los grandes placeres tanto de lectores como escritores, disfrutar de la lectura de un buen libro en casa o al aire libre es posible en esta estación del año y para ti ¿cuáles son tus razones para leer en otoño?

Y tú, ¿por qué lees?


A nosotros, a quienes somos amantes de la lectura nos han cuestionado en más de una ocasión las razones por las que leemos. Aquellos que no son tan cercanos a este placer, se llegan a preguntar por qué encontramos tan interesante pasarnos horas y horas con un libro entre las manos dejando volar nuestra imaginación. Cualquier respuesta a ¿por qué lees?, puede ser válida, puesto que las razones por las que disfrutamos de algo tan común como leer son de lo más variadas.

Podemos pensar que la lectura en ciertas ocasiones nos llega a atrapar, y estamos en lo cierto, la lectura nos hace presos de las historias que contamos entre dentro de los libros. Pero además la lectura nos hace vivir más, en el sentido de que somos capaces de ponernos en la piel de cualquier personaje y compartir sus miedos, sus alegrías y sus tristezas como si fuesen nuestras. Porque, como hemos hablado en más de una ocasión ¿quién no ha echado incluso de menos a un personaje al terminar un libro?

Leer además nos hace libres, nos deja recorrer lugares que de otra manera no podríamos llegar a conocer, pero esos lugares no siempre responden a ubicaciones reales, sino que en ocasiones se trata de auténticos paraísos irreales que nos atrapan desde el primer momento. Además, leer significa el poder realizar un viaje dentro de nosotros mismos, porque podemos aprender a través de la lectura acerca del mundo que nos rodea y de la posible empatía que podamos tener en ciertos momentos.

Sin duda, una de las respuestas más típica a “y tú, ¿por qué lees?” se encuentra precisamente en la capacidad de entretenimiento que tienen los libros, porque para pasar el rato, para divertirnos, para entretenernos y disfrutar de los libros, siempre podemos leer y dejarnos llevar por aquellas historias que tanto nos entusiasman. Ser amantes de la lectura significa tener nuestras propias razones para leer ¿cuál es la tuya?

¿De gatos y de libros? ¿De perros y de pelis?


En alguna ocasión nos hemos preguntado si sois más de libros o de películas, pero ¿qué relación tiene eso con el hecho de que nos gusten más los gatos o los perros? O por el contrario, ¿que nos gusten los gatos significa que somos más de gatos? Y ¿qué nos gusten los perros significa que somos más de películas? Hoy vamos a comentar algunas estadísticas que seguro te sorprenderán, aunque ya os adelantamos que siempre hay excepciones que confirman la regla.

Se dice que a quienes le gustan los perros suelen ser más emocionales y extrovertidos, por el contrario, a quienes le gustan los gatos son más introvertidos y suelen expresar con menos frecuencia sus emociones. Esto, aunque pueda parecer que no tiene ninguna relación con los libros y las películas, en realidad sí que la tienen puesto que el hecho de ver películas puede exponernos con más facilidad a emociones directas, mientras que leyendo un libro esas emociones son más sosegadas y no se muestran con tanta facilidad. Aunque no vamos a negar que muchos de nosotros hemos llorado o reído simplemente leyendo.

A aquellos que les gustan los gatos, suelen ser un poco como sus mascotas porque prefieren quedarse en casa, de ahí que relajarse simplemente en casa con un libro, sea una de las actividades favoritas de estas personas. Sin embargo quienes prefieren los perros como animales de compañía suelen querer salir fuera de casa y disfrutar de actividades al aire libre, prácticamente como lo harían sus mascotas, por eso salir simplemente al cine suele entusiasmar a estas personas.

Como decimos, esta estadística en la que se muestran a las personas amantes de los gatos como amantes de la lectura, puede tener sus excepciones, de ahí que incluso a quienes les gustan los perros tengan ciertos gustos por los libros, pero siempre enfocados al plano emocional, mientras que los amantes de los gatos suelen inclinarse por temáticas de ciencia ficción y fantasía.

El sueño de los jóvenes ingleses, la literatura


A menudo nos hacemos eco de curiosidades relacionadas con la literatura. Hoy os acercamos una realidad que no nos deja de sorprender, porque estudios ingleses que el sueño de la población más joven de Gran Bretaña está relacionado con la literatura. Muchos de nosotros, como amantes de la lectura hemos soñado alguna vez con ser libreros, bibliotecarios o incluso escritores. Profesiones que en ocasiones pueden hacerse realidad pero que en muchos casos se quedan por el camino.

Lo cierto es que un estudio realizado en Gran Bretaña demuestra que los jóvenes ingleses no quieren ser ni cantantes, ni futbolistas, ni médicos o abogados, sino que una gran mayoría de ellos quieren ser simplemente libreros o bibliotecarios. Sin duda, si hiciésemos esa misma encuesta aquí en España seguramente los resultados serían muy diferentes.

La cultura inglesa siempre ha estado muy apegada a los libros y a la literatura, aprecian los buenos libros y los buenos autores y son muchos los nombres de gran escritores que provienen de esas tierras, pero aún siendo así sorprende que sus jóvenes de hoy en día simplemente se decanten por una profesión relacionada con la literatura para poder vivir el día de mañana.

Ahora bien, no pensemos que las clásicas profesiones de librero o bibliotecario son las que destacan, sino que muchos jóvenes ingleses también aspiran a ser escritores porque consideran que pueden tener el talento y la paciencia suficientes como para hacer crecer una idea y poder contarla dentro del contexto de una historia.

A nuestro parecer lo que realmente demuestra este estudio, más allá de simplemente la pasión que los ingleses tengan por los libros y la literatura, es que en cierto modo consideran  las profesiones relacionadas con la literatura como profesiones tranquilas, donde se pueda vivir de manera sosegada pero manteniendo la inquietud intelectual en todo momento activa. Es decir, prácticamente se apuesta por una vida sosegada completada por la sabiduría que el trabajo con libros y la lectura nos puede aportar.

Librerías en lugares inverosímiles, hoy fábricas


Muchos son los lugares donde los libreros de todo el mundo se atreven a montar su librería de ensueño. En muchas ocasiones hemos hablado de librerías diferentes, en las que el encanto de estas viene dado tanto por los libros como por su entorno. Hoy os queremos hablar de librerías enclavadas en antiguas fábricas, un lugar un tanto inverosímil, ¿no creéis?

Algunos de vosotros podríais pensar que las fábricas antiguas son espacios demasiado grandes para albergar una librería en su interior ya que son espacios demasiado grandes. Pero ¿y si esa librería fuese una librería de segunda mano donde se pudiesen albergar tantos libros como si se tratase de una biblioteca? Es el caso de una librería en Detroit, llamada John King Used & Rare Books, que además de libros de segunda mano podremos encontrar libros realmente raros, todo esto en una antigua fábrica de libros.

En Barcelona encontramos otra de las librerías más sorprendentes enclavadas en una antigua fábrica, se trata de la Librería Calders. Y aunque antes os hablábamos de grandes espacios, en el caso de esta librería de Barcelona sus dueños se han decidido por un pequeño espacio en lo que era una fábrica de botones. Un espacio peculiar para libros peculiares en varios idiomas que podrás encontrar en esta librería de Barcelona mientras quizás te atrevas a tocar el piano para otros lectores románticos.

Para muchos españoles, el territorio luso tiene mucho que ver con la fabricación de textiles, tanto es y ha sido su tradición relacionada con el mundo textil que encontramos una librería en Lisboa en lo que era una antigua fábrica de telas, se trata de Ler Devagar. Además en esta librería encontrarás un pequeño espacio para exposiciones de arte, así como una cafetería donde relajarte y tomar un café mientras disfrutas de tu libro.

Como amantes de la lectura que somos, nos importa tanto el libro como el dónde encontrarlo porque siempre querremos tener una buena historia para hablar de ese libro que tanto nos gustó.

Lectores incomprendidos y sus “locuras literarias”


Desde pequeños, siendo amantes de la lectura nos sentimos diferentes, disfrutamos con la lectura y con los libros que nos “obligan” a leer en la escuela. Los veranos los vemos como una época perfecta para dedicarnos simplemente a le lectura y estamos deseando acabar los deberes para poder coger ese libro que tanto nos gusta. Sí, ahí es cuando nos empezamos a dar cuenta de que podemos se distintos a quienes nos rodean, porque quién no ha oído lo de “deja de leer que te vas a quedar ciego”, “eres un enganchado, ¿no puedes soltar ni por un momento ese dichoso libro?”.

La incomprensión que sentimos se incrementa cuando de mayores comenzamos a desarrollar las llamadas “locuras literarias” y nos volvemos más complicados. Los libros forman una parte muy especial de nuestra vida y por eso siempre intentamos cuidarlos. De ahí que cuando prestamos un libro queramos que nos lo devuelvan en las  mismas condiciones que lo dejamos y a poder ser pronto, pero además sufrimos con el hecho de que se nos habrá algún líquido dentro de la mochila o bolso y pueda dañar nuestro libro. ¡Qué gran tragedia!

Somos capaces de perder la noción del tiempo y esto se demuestra en muchas ocasiones, con lo que llamamos “solo un capítulo más” y se convierte en una noche en vela por seguir leyendo. O cuando sin darnos cuenta nos pasamos la parada del autobús o del metro por estar inmersos en nuestro libro mientras que estamos en el transporte público. Y hablando de transportes públicos, en ocasiones nos preguntamos “¿cómo puede ser la gente tan grosera hablándome? ¿acaso no se dan cuenta de que estoy leyendo?” Son pequeños problemas que tenemos que sufrir prácticamente en silencio, porque si los compartimos además nos tratan de raritos.

Y en cuanto a gustos, vemos que también somos unos incomprendidos, porque quizás estás enamorándote perdidamente de alguien y de pronto descubres que no le gusta leer. O simplemente eres capaz de tener una discusión con tu mejor amigo porque no es capaz de entender por qué ese libro que le dejaste es tan bueno.

Una segunda oportunidad a la novela romántica


Aún siendo amantes de la lectura, muchos de nosotros rechazamos la novela romántica sin razón aparente. Si bien es cierto que una vez hemos empezado a leer una de las novelas románticas seguimos con ella, porque al fin y al cabo lo que nos gusta es leer y casi no nos importa el qué. Pero hoy, nos queremos acercar a la novela romántica de manera directa para darle una segunda oportunidad y que de esta manera seamos capaces de elegirla porque nosotros queremos, no porque simplemente llegue porque sí a nuestras manos.

Uno de los problemas que se relacionan directamente con la lectura de novelas románticas, es que quienes las leen han de “esconderse”, es decir, no es normal que alguien se atreva a leer una novela romántica en público. Pero, ¿por qué ocurre esto? Porque quienes no podemos obviar las miradas curiosas de aquellos que comienzan a pensar cosas relativamente obscenas acerca de nuestra novela. Y aunque pudiésemos pensar que eso ocurría realmente antes, lo cierto es que las miradas insidiosas de otra gente a nuestro alrededor, sea en el metro, en el bus o en un avión, son inevitables. Por eso, para saltar esta barrera del “qué dirán” hemos de sentirnos totalmente seguros con lo que hacemos y por qué lo hacemos, al fin y al cabo nuestras razones tenemos y son tan legítimas como las de cualquier otra persona.

Pero por desgracia los clichés sobre la novela romántica no solo se quedan en el ámbito cotidiano, sino que inundan las grandes editoriales y los grandes medios encargados de recomendar y hacernos llegar los nuevos títulos de los libros. Así, quienes queremos leer novela romántica además de ser valientes para hacer frente a las opiniones de los demás, también hemos de invertir algo de tiempo en encontrar historias que merezcan la pena porque en cierto modo se encuentran ocultas entre toda la maleza editorial.

Dicen que las novelas románticas son para lectores algo sensibles, pero como hemos visto solo los más valientes y afanados podrán conseguir cumplir su objetivo de leer novela romántica sin ningún problema.

¿Y si te ayudasen a decidir qué libro leer?


En muchas ocasiones hemos discutido lo complicado que puede resultar elegir un libro y conseguir acertar. Los libros al fin y al cabo son muy personales y no solo dependen de nuestros gustos sino incluso del momento en el que nos planteemos leer ese libro. En la actualidad existen diferentes páginas que te ayudan a decidir qué libro leer. Ahora poder evitar empezar libros que quizás nunca acabemos es mucho más sencillo, hoy os descubrimos cómo.

Como amantes de la lectura que somos, en muchas ocasiones tenemos nuestra propia lista de libros por leer, ya sean libros recomendados por conocidos o simplemente libros que sabemos que podrán encajar con nosotros porque hemos leído reseñas u opiniones sobre ellos. Pero ¿y si ese trabajo de recopilación nos lo pudiésemos ahorrar y simplemente atender a alguien que nos recomienda sobre qué leer? Desde casa y de manera sencilla ¿qué más podemos pedir?

Algunas de las páginas de recomendaciones literarias más populares son Noverly o Readgeek. En su caso, estas páginas te aconsejan de manera personalizada qué leer, acertando en muchas ocasiones. Además en el caso de Readgeek, aunque parezca curioso, no solo nos recomienda leer ciertos libros, sino que además intenta adivinar si nos gustará. Quizás esta última idea os pueda resultar extraña, pero imaginad por ejemplo una situación en la que por vuestro perfil profesional o por vuestros gustos habituales sería conveniente que os leyeseis un libro aún sabiendo que no os tiene por qué gustar. Se trataría de las lecturas que hacemos para tener nuestra propia opinión sobre ese libro y luego poder compartirla con otros lectores.

¿Cómo suelen funcionar estas páginas que os recomiendan libros? Muy sencillo, antes de haceros ninguna recomendación necesitan conocer un poco vuestros gustos. Para ellos os podrán sugerir libros para que los puntuéis y digáis si os han gustado o no. Así a través de estos datos será mucho más sencillo crear un “perfil lector” de lo que habéis leído hasta el momento y en base a este recomendarte qué encaja con ese perfil.