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¿Por qué resultan tan increíbles los cuadernos de viaje?


Los cuadernos de viaje son un clásico entre aquellos a quienes les encanta escribir y les encanta viajar. Se trata de una idea muy distinta a lo que estamos acostumbrados para plasmar la magia de los viajes y los recuerdos de nuestros periplos por el mundo ¿no creéis? Más allá de la fotos, de las postales o de los pequeños recuerdos que podamos comprar en las tiendas de souvenirs, los cuadernos de viajes son pequeños regalos que nos hacemos a nosotros mismos.

¿Sabes de alguien que vaya a emprender un largo viaje? Un cuaderno de viaje es el mejor acompañante porque le estarás regalando la posibilidad de contar todo aquello que le ocurra, todo aquello con lo que disfruten y todo aquello que descubran. Le estarás regalando la capacidad de recordar de una manera incomparable, más allá de su memoria y de las vivencias compartidos con otros.

En las librerías encontramos multitud de cuadernos de viajes, todos ellos dándonos opciones para hacerlos personalizables. Los cuadernos de viaje incluso en algunos casos nos dan opción a tener algo de información de nuestro destino, pero sin duda ayudan a quienes viajen a organizarse mejor, a tener todos sus billetes localizados y por supuesto a tener por escrito todas las señas y todos los detalles en el calendario de su viaje.

Nosotros como amantes de la lectura recomendamos incluso apuntar el libro que se estaba leyendo en ese momento y si había alguna razón por la que se decidió tener ese libro durante el viaje, una razón especial como una recomendación de un buen amigo. Las historias de los libros que nos acompañan en nuestros viajes también son especiales, al fin y al cabo.

Nuestros cuadernos de viaje pueden ser tan especiales como nosotros nos propongamos que sean e incluso podemos convertirlos en regalos en bucle, porque podremos re-regalarlos a aquellas personas que no pudieron viajar con nosotros. Regalando un pequeño diario de los días que estuvimos de viaje. Una manera de plasmar nuestra experiencia y compartirla con los demás.

“No he tenido tiempo” un problema para muchos lectores


Hoy venimos a hablar de un problema que afecta a muchos lectores, porque cuántas veces no os habéis encontrado con alguien que sabéis que es un gran aficionado de la lectura y al recomendarle un título simplemente os ha contestado, “no he tenido tiempo”. Sí, se trata de un problema para muchos lectores que no sacan tiempo para una de sus actividades favoritas.

De ahí que nosotros como amantes de la lectura nos sintamos frustrados por ver que haya quienes se vean privados de los maravillosos beneficios de la lectura, porque al fin y al cabo, leer nos puede incluso cambiar el cerebro y potenciar nuestras capacidades. En cierto modo, los libros tienen más profundidad que una lectura cualquiera, porque hay quienes alegan, “no leo libros, pero leo la prensa todos los días”, pero la calidad de estilo y la percepción de la lectura sin embargo no es la misma.

Trucos para leer más de lo que nos gustaría

  • Haz una lista de títulos que quieres leer: Teniendo en mente los títulos que quieres leer y comprándolos poco a poco, no tendrás excusa para decir no continuar con tu hábito de lectura.
  • Reservarte momentos de lectura durante el día: Si viajas en transporte público reserva esos momentos para leer y no dedicar esos minutos a otra cosa, de esta manera te obligarás a llevar tu libro contigo encima y podrás leer en prácticamente cualquier momento.
  • Tenerlo todo listo para cuando te vas a dormir: Dedica al menos 15 minutos a la lectura antes de dormir, con ello conseguirás leer todos los días y de esta manera no tendrás la excusa de que te da pereza retomar ese libro que tenías entre manos.
  • Lee en familia: Los hábitos de lectura con la familia son buenos para pequeños y mayores y puede ser una manera de introducir a los niños de la casa en el mundo de la lectura y conseguir que se beneficien de todo lo que los libros les pueden aportar.

Espíritu literario en los viajes, las librerías más bonitas del mundo


Hace muchos meses que no dedicamos una entrada concreta a describiros algunas de las librerías más bonitas del mundo. Por eso hoy y dejándonos llevar por el espíritu viajero de las vacaciones de verano, hemos decidido hacer un pequeño ranking de aquellas librerías que se consideran como las más bonitas de todo el mundo. Sabéis que cuando los amantes de la lectura deciden viajar, lo hacen teniendo en mente que una parte de su viaje la dedicarán a descubrir nuevos aspectos de la literatura, ya sea en un museo, en la casa de un escritor o en una librería de las más famosas del mundo.

Si viajas a… París, no puedes olvidar visitar Shakespeare and Co

En cualquier ranking de librerías famosas del mundo por ser bonitas, encontramos esta librería, la cual ha sido escenario para películas y se ha convertido en un lugar muy turístico cerca de la catedral de Notre Dame.

Si viajas a… Oporto, no puedes olvidar visitar Livraria Lello e Irmao

Una preciosa librería que es además una pequeña joya de arte, se fundó en el año 1969 y desde entonces ha estado siempre presente entre las librería más bonitas del mundo, apareciendo incluso en la gran pantalla en Harry Potter.

Si viajas a… Madrid, no puedes olvidar la Librería Bardón

Para aquellos que hayan decidido quedarse por territorio español, en la capital de nuestro país se encuentra una librería fundada en 1947, un enclave precioso donde disfrutar de clásicos de la literatura y de la historia que encierra este espacio.

Si viajas a… Venecia, no puedes olvidar Librería Acqua Alta

Esta librería nos fascina tanto por su enclave como por su interior, todo es caos, pero encontramos auténticas joyas repartidas por toda la librería y prácticamente en cualquier rincón, quien entre en esta tienda podrá ser un loco más de los libros.

Si viajas a Santorini, no puedes olvidar Atlantis Books

Esta isla griega es una de las más visitadas durante el verano, pero además de playas y enclaves paradisiacos esconde una librería para poder inspirarte no solo con sus puestas de sol.

Máquinas expendedoras, de casi cualquier cosa


En nuestra sección de curiosidades literarias y como buenos amantes de la lectura, sabéis que nos encanta hablar de los diferentes métodos de venta de libros que existen y han existido, de ahí que os hablásemos hace unos meses de esa máquina que te imprimía mini cuentos sobre la marcha, o de las librerías ambulantes más famosas que existen en el mundo. Esta es una de las razones que nos ha llevado a acercarnos al mundo de las máquinas expendedoras, porque aunque hace unas semanas las alabábamos por las posibilidades que nos daban, hoy nos acercamos a ellas para verlas desde el punto de vista desde la Historia.

Las máquinas expendedoras y encima de libros, imaginaros cómo tendría que ser para una persona del siglo XIX o principios del siglo XX ver que al introducir una moneda en una máquina, nos devolvía algo y que este algo fuese un libro. Sin duda tenían que pensar que se trataba de cosa de brujas.

Como curiosidad que rodea a las máquinas expendedoras de libros ¿sabías que hubo quienes las utilizaron para poder distribuir libros prohibidos? Imaginaros la genial idea, se supone que la venta era anónima, por lo que cualquier persona podía comprar ese libro y llevárselo a casa. Lo cierto, es que muchos de vosotros estaréis pensando que la empresa responsable de la máquina podría señalarse como la vendedora en sí, pero las leyes de aquella época en relación a las personas jurídicas, no estaban tan claras.

Algunas editoriales tan conocidas como Penguin Books, crearon sus propias máquinas expendedoras para facilitar a sus lectores las historias de los libros que publicaban a cualquier hora del día sin necesidad de encontrar una tienda abierta, y por qué no decirlo, con la posibilidad de comprar ese libro que quizás resultase embarazoso quedando en el anonimato.

A día de hoy es relativamente fácil encontrar máquinas expendedoras de libros en lugares públicos, pero seguro que tras leer nuestra entrada de hoy, ya nos las mirarás con los mismos ojos.

Porque leer también puede ser cómodo


Los amantes de la lectura, como en otras ocasiones os hemos contado, también sufrimos. Nuestras pequeñas desgracias diarias, son en ocasiones nimiedades para quienes no las sufren, pero para nosotros son prácticamente tragedias. Uno de estos problemas es el hecho de sufrir dolores de espalda por no saber cómo posicionarnos para leer, es decir, ¿sentarnos o tumbarnos? ¿con el libro sobre las piernas o en las manos? ¿el libro a la altura de los ojos o más bajo?

Lo cierto es que cada lector tiene su método, o incluso su rutina para leer para que no le duela la espalda o alguna extremidad. Lo más idóneo, según la opinión de algunos lectores, es ir cambiando la posición, pero también hay soluciones de las mentes pensantes para que nuestro disfrute a la hora de leer sea más llevadero.

¿Conoces los cojines con forma de triángulo o cuña para leer en la cama? Las formas de los cojines no dejan de sorprendernos. Hoy día los podemos encontrar de casi cualquier tipo, más cuadrados, redondeados, pero además, hay cojines con fines concretos, como es el caso de los cojines para lectores.

Imaginaros un cojín, con forma de triángulo, que por un lado se apoye de manera completa a la pared y a la cama en un ángulo recto y el otro lado tenga una dirección diagonal desde la base hasta arriba, para que de esta manera te puedas recostar y tener la comodidad de no estar con la cabeza y el cuello en una posición demasiado incómoda.

La genialidad de este tipo de cojines no se reduce solamente a su utilidad a la hora de leer en la cama, sino que algunos incorporan una esterilla en la base para que puedas llevarte este cojín al parque o a la playa y puedas leer realmente cómodo en cualquier lugar. Sin duda una gran idea para convertirse en un regalo para los grandes lectores, porque nos encantan los complementos que giran en torno a la lectura y por supuesto que nos la facilitan.

Sentimientos de culpabilidad, también para los lectores


Los amantes de la lectura, también tenemos nuestras propias incertidumbres y sentimientos de culpabilidad. Aunque leer sea siempre un placer, las decisiones que debemos tomar en relación a los libros nos pueden atormentar, y por qué no decirlo, hacernos sentir culpables. Hoy os vamos a hablar de esos pequeños problemas cotidianos que tenemos los lectores y de los galimatías que tenemos que resolver para poder vivir con nuestra propia incertidumbre, ansias de leer y presiones externas.

Una cuestión que suele repetirse una y otra vez en nuestra rutina lectora es qué libro leer después, o qué leer ahora. Cuando un libro se acaba deja un vacío existencial en nuestra vida y en nuestra rutina, por lo que preguntarnos qué leemos después es una cuestión que la hacemos casi por inercia. En ocasiones esta pregunta nos resulta muy complicada, porque tenemos muchas opciones pero también a la vez ninguna.

Uno de los momentos en los que aflora con más facilidad el sentimiento de culpa del lector, es cuando nos preguntan por ese libro que nos han prestado pero que aún no nos hemos leído. Sin duda es un momento incómodo por muchas razones, porque puede parecer que no nos importa el libro que nos han prestado o simplemente que no somos tan lectores como habíamos dicho ser.

Los remordimientos y culpabilidades también aparecen cuando en un momento dado nuestro sentimiento consumista se mezcla con la ambición literaria. Entonces, a pesar de tener quizás tantos libros esperándonos en casa, no seamos capaces de reprimir nuestras ganas de hacernos con esa novedad de la que tanto hemos oído hablar, o de esa ganga que piensas necesitar de manera urgente.

Hay maneras de reconocer a ciertos lectores con el san Benito del sentimiento de culpa, por ejemplo, ese lector que arrastra de un lado a otro un determinado libro porque no quiere dejarse sucumbir por la desidia y tirar la toalla. Siempre esperan tener un momento concreto para poder reengancharse a esa historia.

¿Y tú? ¿Qué sentimientos de culpa suelen aflorar con facilidad?

Paraíso literario por muchas razones: Islandia


Las costumbres literarias de un país como Islanda, nos sorprenden día a día. Aquellos que somos amantes de la lectura, un país como Islandia se posiciona como un paraíso literario por muchas razones. Hoy os vamos a contar algunas de ellas, pero os animamos a descubrir por vosotros mismos tantas otras que rodean a la tradición literaria de este país.

¿Por qué Islandia se considera un paraíso literario?

La población de Islandia alcanza los 330000 habitantes, siendo un número nada despreciable, deberíais saber que al menos uno de cada diez habitantes de Islandia ha escrito un libro a lo largo de su vida. La literatura se vive y se respira. No nos extraña por tanto, que uno de sus refranes venga a decir algo como que todo el mundo tiene un libro en su barriga.

Hace unas semanas hablábamos de los hábitos de compra de libros de los españoles. Pues bien, en lo que se refiere a los islandeses, alrededor del 90% de la población adquiere aunque sea un libro al año, ya sea para disfrute propio o para regalar. Decimos esto último de regalar, porque en Islandia la Navidad se celebra a través de los libros ya que en noche buena todos los islandeses se regalan libros entre ellos.

Además ¿sabías que la capital del país es ciudad literaria declarada por la UNESCO? Reikiavik, fue una de las primeras en recibir este reconocimiento y no es de extrañar, porque incluso el único premio Nobel de la literatura en Islandia es considerado prácticamente como un héroe nacional, como si su obra fuese la representación del espíritu literario de todo el país.

Con todos estos datos ¿quién no quiere irse a vivir a Islandia? Un país que resulta un paraíso literario por el propio apego de sus ciudadanos a los libros, pero también por las propias políticas que se impulsan desde dentro del país, apoyando la cultura con mayúsculas, la cultura literaria y todas sus vertientes en la vida diaria.

¿Retomar o no retomar? He ahí la cuestión


Hoy queremos hablar de uno de los problemas existenciales de los lectores, que aparecen con más facilidad en sus épocas de lectura o de poca lectura. Se trata de la cuestión de ¿retomar o no retomar?, una pregunta que a muchos les da hasta miedo, aunque como comentamos hace unos meses, habrá algunos a los que no les pase, ya que serán de aquellos que se consideren incapaces d dejar un libro por la mitad.

La cuestión de ¿retomar o no retomar? Es una cuestión pseudoexistencial, se trata de una de una lucha de preferencias, apetencias y recomendaciones. Porque imaginemos un libro que nos han recomendado encarecidamente, por lo que nosotros lo empezamos diligentemente, pero en el transcurso de su lectura lo acabamos aborreciendo, ya sea por la historia o por nuestras circunstancias personales en las que no tengamos suficiente tiempo para leer. Ahí lucharíamos contra nuestras propias ganas, las recomendaciones y nuestro espíritu de amantes de la lectura casi incondicionales.

Quienes tienen intención de retomar un libro, tienen costumbres muy concretas y casi podemos reconocerlos con una simple visita a su casa. Podemos ver si tienen ese libro durante mucho tiempo en su mesita de noche o cerca de su lugar de lectura, porque eso quiere decir que se resisten a devolverlo a la estantería y dejar que caiga en el olvido. También los hay que lo llevan consigo a todos lados, sea en su mochila o bolso, tanto si están en una misma ciudad como si se trata de un viaje. Se tiene la esperanza de que las ganas arrebatadoras por leer le lleguen a ese lector que por alguna razón dejó de lado ese libro que con tanta ilusión empezó.

Pero más allá de sentimentalismos y de existencialismos, retomar un libro no es tarea fácil, siempre nos preguntamos si lo correcto sería releer alguna de las partes ya leídas o si resulta más conveniente empezar e intentar hacer memoria mientras se lee. La opción más acertada tendrá que ver con el tiempo que se hubiese dejado ese libro sin tocar.

Sobrellevar una resaca de lectura


Hace meses os hablábamos de las resacas de lectura, esa maravillosa forma de expresar nuestro peculiar estado de ánimo cuando nos tenemos que enfrentar al fin de uno de los que ha sido los libros de nuestra vida. Los amantes de la lectura sufrimos bastante a menudo resacas de lectura, porque nos quedamos prendados de casi todos los libros que leemos, si bien es cierto que no conseguimos con tanta facilidad que cualquier libro nos entusiasme hasta extremos insospechados.

Sobrellevar una resaca de lectura no es tarea fácil, pero tenemos muchas opciones ante nosotros para poder volver a nuestro estado literario mental de equilibrio y volver a ser lectores corrientes.

  • Puedes darte unos días de luto, puedes regocijarte en la historia, leer capítulos sueltos, pero no mezclar esas sensaciones con otro libro, porque podría surgir rechazo ante la nueva opción literaria.
  • Puedes elegir un libro totalmente distinto, de otro género y que su historia no tenga nada que ver con la anterior. De esta manera estarás encontrando un sustituto al que no podrás comparar en ningún momento, pero que en cierto modo supla ese vacío que ha dejado el libro que acabas de terminar.
  • Puedes optar por elegir otro libro del mismo autor, sabes que harás comparaciones, pero en cierto modo el estilo de ese escritor te podrá seguir transportando por las sensaciones de ese libro que acabas de dejar y que tanto has disfrutado.
  • Puedes acudir a tu librería de confianza y pedir consejo al librero, porque él conocerá libros que puedan ser tan buenos como el anterior y consigan conquistarte. Aunque pueda parecer ilógico, hay libros muy parecidos entre sí, sin ser de los mismos escritores, por lo que las recomendaciones libreras siempre son bienvenidas.

Luchar contra la resaca de lectura es mucho más sencillo si nos apoyamos de nuevo en la literatura, es cierto que se trata de una especie de duelo, porque seguiremos echando de menos a ciertos personajes y ciertas situaciones, pero en cualquier caso es una muestra de haber conectado con la literatura.

¿Qué son los maratones literarios?


¿Habéis oído hablar de los maratones literarios? ¿Os habéis preguntado que son o quizás ya habéis participado en alguno? Los maratones literarios se están popularizando en muchos municipios de España, y nosotros como amantes de la lectura, apoyamos este tipo de iniciativas para que cada vez haya más lectores a los que les entusiasme la leer y leer.

Los maratones literarios son actividades que promueven la lectura y se organizan para que en un día concreto o en unas horas concretas, la gente demuestre su amor la literatura de diferentes formas. Hemos visto iniciativas de todo tipo en muchas ciudades y os vamos a contar algunas de las más relevantes, todas alrededor de la literatura, por supuesto.

  • Maratones de lectura

Este tipo de maratones es realmente popular, no solo lo realizan municipios concretos, sino que incluso librerías o bibliotecas por iniciativa propia suelen promover este tipo de actividades. Se pueden hacer por ejemplo en conmemoración de la muerte o nacimiento de un escritor, como homenaje, o simplemente para reunir a los fanes de un escritor o de una saga.

  • Maratones de poesía

Aunque la poesía sea un género con el que cuesta enganchar a la gente, en muchas ocasiones los maratones de poesía se organizan para dar un formato distinto a esos textos tan eminentemente literarios. Sin duda en estos maratones, como todos estáis imaginando, lo que se pretende es la lectura de poesía y por tanto los recitales.

  • Maratones de cuentos

Quizás estéis pensando que los maratones de cuentos son al fin y al cabo, cuentacuentos. Pero no se trata exactamente de esto, sino que en los maratones de cuentos, lo que principalmente se hace es contar cuentos, pero también hay lecturas teatralizadas. Lo peculiar es que no se hace a horas determinadas y en días sueltos, sino tal y como si fuese una maratón, se hace sin parar.

  • Maratones de escritura

En estos maratones lo que se potencia es la creatividad de todo aquel que se quiere enfrentar a una página en blanco para escribir todo aquello que bulle en su imaginación. Maratones de los que os aseguramos salen auténticas obras de arte.