Category Archives: Curiosidades

Raras obsesiones de escritores


Hay quien dice que para que tu mente cree historias realmente sugerentes y sorprendentes, no puede ser una mente normal, ha de ser una mente fuera de lo común. Además, quienes conviven con artistas, o en su caso con escritores cuentan que estas personas al fin y al cabo tienen sus rarezas y de ahí que incluso en ocasiones tengan obsesiones raras.

En ocasiones estas raras obsesiones giran en torno a la comida, aunque se muestren en muchos aspectos de su vida, pero los rituales a la hora de comer o quizás a la hora de preparar la comida nos sorprenden a todos. En el caso de Nietzsche resulta bastante curioso que le encantase la fruta, tanto que era capaz de sufrir indigestiones por las cantidades de fruta que ingería. Pero pensando en otro escritor, Karl Marx tenía una obsesión concreta relacionada con su manera de tomar café, debía de hacerlo de manera rutinaria porque siempre lo tomaba después de la cena.

Por su parte y aunque nos llame la atención, Charles Dickens estaba obsesionado con la muerte, por lo que en muchas ocasiones acaba contando cómo los muertos entraban y salían de las estancias de su casa. Sin duda una obsesión cuanto menos tenebrosa.

En el caso de autores más actuales, más cercanos a nuestra época nos encontramos con un autor que estaba totalmente obsesionado con los videojuegos, se trata de algo relativamente normal y que nos podríamos encontrar a más de uno obsesionado con jugar a la videoconsola. Sin embargo, en el caso de Martin Amis, lo que le obsesionaba era el jugar a las maquinas en bares o recreativos. Aún siendo así, resulta curioso que fuese capaz de encontrar el tiempo necesario para poder escribir.

¿Y tu escritor favorito? ¿Sabes si tenía algún tipo de obsesión? Nosotros estamos seguros de que muchos más escritores tendrían y tienen obsesiones realmente sorprendentes, por lo que seguiremos investigando para poder contároslas.

¿Quién dijo que la ciencia ficción es cosa de chicos?


En otras ocasiones os hemos hablado de la caracterización que se le da a las novelas románticas, pensándose que solo pueden ser novelas para un público femenino, es decir, novelas para mujeres. Pues bien, algo parecido pasa con las novelas de ciencia ficción ya que hay quien dice que la ciencia ficción es cosa de hombres, es un género que solo suele gustar a los hombres.

Hablar de estereotipos en la mayoría de las ocasiones se trata de un error, puesto que no solo los hombres consumen el género de ciencia ficción ni tampoco la novela romántica está pensada para las mujeres. Dando un paso más allá, vemos que hay un gran número de estudios que demuestran que cada vez se consume más literatura de ciencia ficción y mundos imaginarios por mujeres, porque los superhéroes quizás ya no solo sean cosas de chicos.

Lo cierto, es que aunque esto sea una realidad más presente en nuestro día a día, nos encontramos con que aún nos quedan muchas barreras que saltar, puesto que aunque las lectoras femeninas aumentan en número en el ámbito de la ciencia ficción, no lo hacen las mujeres que escriben dentro de este género. Ahora bien, la cuestión de por qué esa cifra no crece deberíamos planteárnosla en relación a las editoriales, pero también a por qué las editoriales reaccionan de esa manera, porque en otras palabras, ¿es la industria del libro “la culpable” de que no haya tantas mujeres escritoras de ciencia ficción? ¿o son los propios lectores al elegir solamente a autores masculinos?

La respuesta no es sencilla, pero lo que nosotros sí podemos afirmar es que la ciencia ficción no es solo cosa de chicos, porque las historias en este ámbito se multiplican como también lo hacen sus seguidores y seguidoras. Y tú ¿crees que tu sexo condiciona los géneros que lees?

Y tú, ¿por qué lees?


A nosotros, a quienes somos amantes de la lectura nos han cuestionado en más de una ocasión las razones por las que leemos. Aquellos que no son tan cercanos a este placer, se llegan a preguntar por qué encontramos tan interesante pasarnos horas y horas con un libro entre las manos dejando volar nuestra imaginación. Cualquier respuesta a ¿por qué lees?, puede ser válida, puesto que las razones por las que disfrutamos de algo tan común como leer son de lo más variadas.

Podemos pensar que la lectura en ciertas ocasiones nos llega a atrapar, y estamos en lo cierto, la lectura nos hace presos de las historias que contamos entre dentro de los libros. Pero además la lectura nos hace vivir más, en el sentido de que somos capaces de ponernos en la piel de cualquier personaje y compartir sus miedos, sus alegrías y sus tristezas como si fuesen nuestras. Porque, como hemos hablado en más de una ocasión ¿quién no ha echado incluso de menos a un personaje al terminar un libro?

Leer además nos hace libres, nos deja recorrer lugares que de otra manera no podríamos llegar a conocer, pero esos lugares no siempre responden a ubicaciones reales, sino que en ocasiones se trata de auténticos paraísos irreales que nos atrapan desde el primer momento. Además, leer significa el poder realizar un viaje dentro de nosotros mismos, porque podemos aprender a través de la lectura acerca del mundo que nos rodea y de la posible empatía que podamos tener en ciertos momentos.

Sin duda, una de las respuestas más típica a “y tú, ¿por qué lees?” se encuentra precisamente en la capacidad de entretenimiento que tienen los libros, porque para pasar el rato, para divertirnos, para entretenernos y disfrutar de los libros, siempre podemos leer y dejarnos llevar por aquellas historias que tanto nos entusiasman. Ser amantes de la lectura significa tener nuestras propias razones para leer ¿cuál es la tuya?

De vampiros a espías, ¿hablamos de tendencias?


Hoy nos hacemos eco de una noticia que llegaba a nosotros hace unas semanas. Se trata del nuevo cambio de tercio de la autora de los libros de Crepúsculo, ha decidido cambiar las historias de vampiros por historias de espías. Sin duda un giro a su carrera que quizás se convierta en una auténtica tendencia como lo fueron los libros de vampiros cuando se publico la saga Crepúsculo.

En ocasiones, dentro de los círculos literarios se habla de la maldición del éxito, puesto que una vez que se ha conseguido subir a la cumbre con un tipo de historia, es relativamente complicado deshacerse de ella, es como que todo lo que volvamos a escribir estará impregnado por esa historia pasada, de ahí que sea tan sorprendente el nuevo giro que la autora de Crepúsculo, Stephenie Meyer, ha querido dar a su carrera para atreverse esta vez con historias de espías.

En este caso, la escritora Stephenie Meyer, se quiere centrar en historias para adultos, dejando de lado las historias para adolescentes con la que la conocimos, por lo que no se tratará solo de un cambio de género sino también de público. Quizás sea una estrategia de lo más acertada, porque los adolescentes que leyeron sus novelas ahora podrán disfrutar con historias totalmente distintas, pero muy cercanas al estilo de Crepúsculo, porque al fin y al cabo se trata de Stephenie Meyer.

Podemos entender que Stephenie Meyer se ha rebelado para lanzarse a otro ámbito de la literatura totalmente distinto, por nuestra parte le daremos una oportunidad a esta nuevo género sin tener en cuenta el autor del libro antes de ponernos a leer. Quizás descubramos un nuevo lado de la escritora de Crepúsculo que nos sorprenda desde principio a fin, pero además nos conquiste.

¿Queréis saber cuál será el título de esta nueva novela de Stephenie Meyer? Se trata de The Chemist y seguramente llegue a nuestras librerías próximamente.

Cuando los libros se convierten en guiones


Es más que sonado la crisis imaginativa de muchos guionistas en estos años, no hay más que echarle un ojo a las carteleras donde se decide apostar por “remarkes” o por historias nuevas, basadas eso sí, en libros. Por eso hoy, nos hemos querido parar a pensar en por qué los libros en tantas ocasiones se convierten en guiones, porque hemos hablado en muchas ocasiones de las comparaciones entre libros y películas, pero ¿qué lleva a la industria del cine y de la televisión a decidirse por un libro a la hora de crear guiones?

Una de las razones por las que se apuesta por los libros a la hora de crear guiones es que si te ha funcionado el libro, si el libro o novela es todo un éxito de ventas, te funcionará la película. Y ya no estamos hablando de clásicos de la literatura porque son innumerables los casos en que historias por todos conocidas, Frankenstein, Drácula, La isla del Tesoro, El mago de Oz, etc. se han llevado a la gran pantallas. Estamos hablando también de los libros actuales, que apenas llevan unos años publicados y es entonces cuando se decide hacer la película de esa historia.

Otra de las razones que podríamos resaltar por las que los libros se convierten en guiones, es porque en todos ellos se recrea un mundo prácticamente hasta el último detalle. Se recrean situaciones y entornos de manera prolija, lo que luego resulta de gran utilidad a la hora de montar la historia y conseguir sumergir al espectador en ese contexto.

Nuestra propia forma de ser, la del ser humano, también influye a la hora en la que los productores de la gran pantalla se deciden a hacer una película, basada en un libro, puesto que en cierto modo si hemos caído en la red de ese libro querremos saber cómo se ha recreado esa historia que tanto nos gustó (aunque luego nos podamos decepcionar).

Títulos de novelas que cambiaron de nombre


Cuando hablamos de títulos de libros tenemos casi una necesidad apremiante por saber por qué  ese título encaja con la historia que está escrita entre las páginas de ese libro. Hay quienes que cuando se habla del título del libro hablan de que es la razón de la inspiración del escritor para comenzar con esa historia, es la seña de identidad común de todas las partes del libro, pero lo que hoy os queremos contar y sorprenderá a más de un lector de nuestro blog es que libros que todos conocemos, quizás en sus inicios no se llamaron de esa manera.

¿Las razones de esos cambios de nombre? En muchas ocasiones esas razones escapan a la propia voluntad de los autores, porque aunque se suele decir que dentro de la edición es lo único que puede decidir el escritor, las editoriales acaban cambiando y decidiéndose por títulos que llamen más la atención a los lectores potenciales, haciendo esos libros más atractivos.

Uno de los títulos que cambió y que quizás ninguno de nosotros podríamos imaginar es el del libro Moby Dick, porque en un principio era un título mucho más genérico y quizás no tan específico como el que se eligió finalmente, antes de editar el libro de Herman Melville este se llamaba simplemente “La ballena”.

Dos títulos que nos han llamado especialmente la atención por lo emblemático para muchos de nosotros y que son en sí mismos una institución son los títulos de Lo que el viento se llevó por un lado, y por otro lado el título de Guerra y paz. Para el primero de estos títulos simplemente se había elegido en un primer momento “Mañana será otro día” un título que no dice demasiado si realmente lo pensamos. Para el caso e Guerra y paz, el título no era tan banal, pero sonaba prácticamente a refrán “Bien está lo que bien acaba”.

Quizás a partir de ahora podéis plantearos renombrar los libros que ya os hayáis leído si consideráis que encajaría mejor otro título, porque visto lo visto, los títulos pueden cambiar en casi cualquier momento.

El peso librero en España


Si nos paramos a pensar y nos dejamos llevar por lo que siempre se dice de que en España no se lee, o que en España no se compran libros, podríamos pensar que el peso librero en España, es decir, el número de librerías existentes en nuestro país es muy bajo. Nos equivocaríamos rotundamente, porque lo cierto es que en España es en uno de los países de la Unión Europea donde más librerías hay.

Muchos de nosotros podremos pensar que en realidad durante la crisis, el sector librero se resintió mucho, pero en realidad fue un sector que aguantó la crisis bastante bien. Las librerías disponibles por habitante tan solo bajaron en dos puntos, por lo que podríamos considerar que existió un triunfo del libro sobre el dinero.

En Europa, España se sitúa como el país con mayor peso librero y lo cierto es que los países que nos siguen en nuestro entorno son, Alemania, después Italia y por último Francia.

Podríamos pensar que el hecho de que exista tanto peso librero en España es sinónimo de que todo español puede acceder a una librería con facilidad. Ahí nos volvemos a equivocar porque encontramos que no todos los municipios españoles disponen de una librería entre sus calles, por lo que normalmente las grandes urbes son las que tienen la suerte de contar con una librería con relativa facilidad.

¿Y la moda de montar y abrir librerías, cuándo se creó? Llama la atención que el mayor número de librerías se abriese en los últimos 20 años del pasado siglo, se trató de lo que podríamos llamar el boom librero. Esta tendencia se mantuvo en los años posteriores al 2000 y siguientes, pero con la crisis algunos de estos comercios se cerraron.

La experiencia de los libreros en España y sus peripecias para sobrevivir en un entorno tan hostil como ha sido el de la crisis, demuestran que ser librero no es solo una profesión sino más bien una pasión que nace al fin y al cabo de la vocación.

Jane Austen en los billetes ingleses


Hoy nos hacemos eco de una noticia que ya saltó a nuestros periódicos hace unos meses, pero nosotros queremos relacionarla con lo que más nos gusta, con aquello que nos apasiona: la lectura. Falta solo un año para que Jane Austen aparezca en los billetes de diez libras esterlinas.

Para nosotros es relativamente normal que un escritor aparezca en monedas o billetes, es el caso de nuestra propia versión de las monedas de cincuenta céntimos de euro, o de veinte, o de diez, donde encontramos al mismísimo Cervantes en una de las caras de las monedas. En este caso Jane Austen tendrá el honor de aparecer nada más y nada menos que en un billete.

Además de seguir teniendo presente la importancia de la literatura nacional, los billetes con la cara de Jane Austen presentan aún más ventajas, porque hasta hace relativamente poco todos en los billetes de libras esterlinas aparecían representados hombres, por lo que también supone una buena noticia en lo que al papel de las mujeres en esta sociedad se refiere. Ahora bien, Jane Austen no ha sido la única escritora que aparecerá en los billetes de libras, porque en otros períodos, ese puesto de honor fue ocupado por William Shakespeare o el mismo Charles Dickens fue “utilizado para pagar”.

La noticia del billete con la cara de Jane Austen, viene acompañada de la noticia de que este billete aparecerá en un nuevo formato, será el segundo billete que se fabrica con plástico. El primero de ellos ha sido presentado precisamente esta semana, siendo el billete de cinco libras en el que aparece en este caso Wistion Churchill. Ironías de la vida, dicen que Churchill fue un gran admirador de Jane Austen, por lo que los dos tendrán una nueva forma y ocuparan la parte principal de los billetes ingleses.

Quizás esta iniciativa anime a muchos otros ingleses a acercarse a la literatura de su país, pero incluso para nosotros como amantes de la lecturanos gustaría hacernos con uno de esos billetes.

Los libros pop-up nunca pasan de moda


Seguro que muchos de vosotros os estaréis preguntando que qué es eso de los libros pop-up, pues tomaros un par de minutos que hoy nosotros os lo queremos explicar. Los libros pop-up son aquellos libros comúnmente conocidos como libros desplegables, es decir, ese tipo de libros con los que podemos interactuar durante la lectura puesto que tienen ventanas, ruletas, o incluso flechas de las que tirar y cambiar las ilustraciones de nuestro libro.

Los libros pop-up suelen estar pensados para niños, es decir, suelen contener historias relacionadas con cuentos infantiles. Pero lo cierto es que existen también libros pop-up para adultos, no solo porque cuentan historias que no se pueden considerar solamente infantiles, como es el caso del conocido libro desplegable del principito, sino porque son historias reservadas solamente para adultos, como es un libro pop-up o desplegable dedicado íntegra y exclusivamente a representar escenas del Kamasutra.  Quizás está sea una de las claves por las que los libros pop-up nunca pasan de moda, reinventando sobre historias por todos conocidas.

Existen tantos libros pop-up como historias entretenidas conozcas, seguro que te sorprende que existan libros desplegables sobre La Guerra de las Galaxias, Las crónicas de Narnia, o incluso sobre Alicia en el País de las maravillas.

Los libros pop-up son auténticas obras de arte, de ahí que no pasen de moda, porque por mucho que pase el tiempo siempre será muy interesante poder volver a aquella historia que tanto nos gustó de una manera distinta y por qué no hacer a través de una historia desplegable.

Sin duda los libros pop-up a quienes somos amantes de la literatura, siempre nos hacen ilusión porque son la representación práctica de uno de los vehículos de la imaginación que más nos entusiasma, la lectura. Uno de los mejores regalos que podríamos esperar, porque nos hace volver a ser niños investigando y descubriendo los escondrijos donde entre la páginas se encuentran mensajes secretos o simplemente maravillándonos con las construcciones de papel que podremos encontrarnos al abrir simplemente las páginas del libro.

Las razones por las que la gente “esconde” sus libros


El título de nuestra entrada de hoy viernes parece algo misterioso y en cierto modo lo es tanto como la gente que “esconde” sus libros de las miradas indiscretas. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de “esconder” los libros? Podría parecer que estamos hablando de gente que no saca sus libros de casa, pero no es exactamente así, todo lo contrario, se trata de la gente que saca sus libros a la calle, pero no permiten a quienes se cruzan con ellos conocer el título del libro que están leyendo.

Al hablar de la gente que “esconde” sus libros muchos de nosotros podemos pensar en esas personas que forran sus libros con papel de regalo, con papel de periódico o propaganda de los buzones, para no conseguir que los más curiosos no puedan conocer qué libro se estén leyendo. Las razones por las que estos lectores esconden los títulos de sus libros, son muchas, y sin duda, habrá tantas razones como tipos de lectores hay.

Habrá lectores que forren sus libros con papel opaco, por vergüenza, para no permitir que los demás puedan saber que están leyendo ese libro en concreto, se podría tratar de razones religiosas, políticas, o incluso de orientación sexual. ¿Recordáis la lista de libros que nos avergonzaba haber leído? Pues forrar nuestros libros tiene mucho que ver con las características de estos libros.

Ahora bien, si se sentase alguien a tu lado, por ejemplo, en el transporte público y tuviese su libro forrado, no tienes por qué pensar directamente que su libro le avergüenza, porque en realidad podríamos estar ante una persona que simplemente es cuidadosa y lo que pretende en realidad es no estropear ese libro, bien porque no sea suyo o bien porque se trate de un libro muy apreciado.

¿Y tú? ¿Eres de los que forran sus libros para “esconder” su título? Pues recuerda que las miradas más indiscretas podrán seguir conociendo el título de este libro si se acercan un poco a ti y consultan el encabezado de tu libro.